jueves, 19 de junio de 2014

Visita al museo Emilio Caraffa


Visita al Museo Emilio Caraffa

Cuando se observa por fuera la fachada del museo, uno puede darse cuenta que está ante una perla cultural.
Al  ingresar al edificio lo primero que se encuentra es una recepción que otorga información sobre el lugar, guías, publicaciones, información sobre los artistas y las exposiciones. Junto a la recepción, del lado derecho, una imponente escalera invita a subir hacia las galerías. Lo primero que cruza por la mente es que el lugar es un laberinto de escaleras en donde perderse no resulta difícil, aunque en realidad es todo lo contrario. El museo está bien organizado y señalizado para un recorrido sin problemas.
A mitad de las escaleras por un pasillo a la derecha se encuentra la primera sala con las obras de Gustavo López Armentía. Este artista, según indica la información educativa, “traduce en búsqueda plástica la angustia existencial siempre en ciernes del hombre reflexivo. Una suerte de sublime romántico en clave latinoamericana emerge en algunas de sus pinturas como el escenario materico en el que las figuras se recortan y transitan, junto a la cita , más o menos explícita pero siempre presente, de los hechos histórico-políticos que constituyen nuestro presente desgarrado y nuestra identidad (...)”.
Terminando de subir, nos encontramos con la sala número dos y tres, que expone la obra de Juan José Cambre, curada por Lucrecia Palacios. Es un piso que se divide en dos partes, por la izquierda, una “habitación” con pilares que forman una especie de pasillo, y alrededor en las paredes, cuadros colocados de forma simétrica uno al lado del otro, cada uno de un color diferente. En el lado derecho están algunas otras de sus obras. Un guardia amablemente nos consiguió más información sobre la muestra que la explica de la siguiente forma:“las imágenes que integran esta muestra, registran diferentes momentos y procedimientos conceptuales de las practicas pictóricas del artista(...) La pintura de Cambre acontece de manera musical, interpreta los colores en concordancia de un paradigma lirico (...).”
Continuando por un pasillo, encontramos unas escaleras más angostas y en los escalones se puede leer  “a salas 4, 5, 6 y 7”. Al llegar arriba hay una pared con la cronología del museo Caraffa, los 100 años. Aquí se puede ver el proceso de cómo paso  de ser  “las salas de pintura del museo provincial” en 1914, al “museo provincial de bellas artes Emilio Caraffa”. Al lado de la pared hay una larga rampa de reticulado metálico que lleva a las salas 5, 6 y 7.
“La sala 5 está ocupada por los ganadores del premio itau cultural de artes visuales 2013-2014, esta muestra se expone ya que este premio cumple 5 años en la escena cultural argentina, y la misma estará hasta el 10 de julio del corriente año. Anteriormente en esta sala se exponía la muestra de BERLIN: SINFONÍA DE LA GRAN CIUDAD pero la guía informativa no ha sido actualizada por eso aparece allí, en vez de los premios itau” nos comenta la guía del museo Carrafa, Cecilia.
Al lado, las salas 6 y 7 están ocupadas por las obras de Cristina Santander  “caprichos”. “Esta exposición está compuesta por obras que la artista viene desarrollando hace tiempo. En sus cuadros la artista te lleva nuevamente a un imaginario de la tradición española , a las obras de grandes artistas. Collages, xilografías, aguafuertes, mixturas de técnicas, son solo algunos de los materiales que Cristina utiliza.” Continua comentando la guía.
 Por ultimo, antes de llegar al final de recorrido (una terraza donde la puerta esta cerrada con llave) encontramos las salas 8 y 9 que exponen los dibujos de María Amelia Luque, que en su conjunto llevan el nombre de CONTEXTOS Y PRETEXTOS. Estos son , como explica la guía Cecilia, “escenas salidas de un cuento sin la secuencialidad de una narración. Sus personajes se desenvuelven en arquitecturas ingrávidas y perspectivas imposibles” y agrega, “ La artista se egreso en la escuela de artes de la universidad nacional de Córdoba en 1968. Ha realizado trabajos de ilustración para editoriales del país y el exterior, también ha recibido numerosas distinciones nacionales y provinciales.”
Finalmente antes de salir del museo observamos que hay un resto para tomar algo antes o al finalizar el paseo. También encontramos una librería biblioteca en donde podemos comprar publicaciones de distintos artistas de arte contemporáneo, y comprar algún que otro souvenir del MEC. Simultaneamte, les pregunte a los de recepción si iba mucha gente o poca, o que tipo, etc. Y su respuesta fue “el flujo de personas depende del dia, por ejemplo, el miércoles hay mas concurrencia ya que el museo es gratis, en cambio los otros días que abre no hay tanta gente por que se cobra entrada. Muchos colegios suelen venir a conocer, así como también estudiantes universitarios e independientes. Los fines de semana suele haber bastante movimiento también.”
Al salir del edificio me encontré con una estudiante de traductorado de ingles, a la que le gusta el arte, y le pregunte que le parecía el museo. Ella me contesto: “me encantan las exposiciones que están ahora  pero nada se compara con las muestras que había durante la noche de los museos. Ver las muestras de noche y con tan buena convocatoria fue realmente emocionante, había mucha gente joven, incluso familias”.


 Justina Diaz


Fuentes:
-publicación informativa/educativa del museo Emilio Caraffa.
-guía informativa del museo, Cecilia.
-recepcionista
- estudiante.

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